martes, septiembre 26, 2006

El seguro

El seguro es un sistema que nos compensa materialmente cuando nos sucede una desgracia. Y aunque no sólo de pan vive el hombre, por lo menos de eso se alimenta. Así cuando nos cae encima una tragedia o desgracia, también nos cae una cantidad importante de dinero contante y sonante.
En otros países, no diremos más adelantados, sino más precavidos que el nuestro, el seguro forma parte de la vida diaria. Todo el mundo está asegurado contra todo. Y es lógico. Si uno va a resultar muerto de todas maneras, resulta más provechoso para los herederos que la muerte de uno tenga un precio.
El problema se presenta cuando un señor vale más muerto que vivo. Los herederos empiezan a tener malos pensamientos, malos para el asegurado solamente, ya que para ellos son buenos.
Un señor trabaja en una empresa y gana lo justo para sobrevivir con su familia. El señor tiene un seguro que cancelará a la viuda US$ 100.000.- cuando el asegurado muera. Con esa perpectiva, la señora comienza a pensar. Con el marido vivo, nada. Sólo privaciones, poca ropa, sin veraneo, sin lujo alguno. El señor muerto produce para la viuda la concresión de muchos sueños: casa propia, auto, buenos colegios para los niños, viajes, pieles y buena vida. No hay donde perderse. En ese momento el señor debe empezar a dormir con un solo ojo, a bajar con mucho cuidado las escaleras. En resumen, el señor tiene sus días contados.
Se acabó la paz en ese hogar. La señora no descansará hasta cobrar la prima. Tiene en su mente una sola idea: "Se necesita al señor muerto" Recompensa US$ 100.000.-
Igual que el oeste americano.
Y todo por cien mil cochinos dólares.
Como enseñanza podemos desprender lo siguiente: mantener un seguro de vida, pero mantener al beneficiario sin conocimiento del hecho. Si nuestra intención es asegurarnos, asegurémonos bien. Que no queden "tentaciones" sueltas.
Hay cosas curiosas en los seguros.
Si usted muere aplastado por una muralla como consecuencia de un sismo grado 8, el seguro no paga nada. Por el contrario, si la muralla lo aplasta en un sismo grado 7 o menor, el seguro paga. Consecuencia a la vista, cuando empiece un sismo siga las siguientes instrucciones:
a. Calcule la intensidad del movimiento.
b. Si es inferior a ocho, puede quedarse cerca de una muralla.
c. Si es superior a ocho, aléjese de las murallas.
d. Si calcula mal o se equivoca, diga pío.
e. Como recomendación general, entrénese comparando la intensidad atribuída por usted con la oficial, sin murallas a su alrededor.
Se me ocurre debiera editarse un Manual con instrucciones para obtener el uso óptimo de los seguros. De esa manera, la gente podría saber realmente lo que obtendrá para él o sus herederos cuando le ocurra una desgracia.
En todo caso, daremos algunos antecedentes generales sobre seguros.
Si usted se bate a duelo, y resulta herido, no cuente con el seguro. Contrate mejor un abogado para que lo saque de la cárcel, ya que en nuestro país están prohibidos los duelos. Si usted se las da de terrorista y resulta con algunos miembros menos, durante su entrenamiento, no piense para nada en el seguro. Lo más seguro es que tampoco necesite silla de ruedas. Al lugar donde lo van a llevar no le va a servir de nada.
En caso de accidentes, es más conveniente perder determinadas presas del cuerpo que otras. No todas valen lo mismo. Veamos algunos ejemplos:
- El señor Peña sufre un accidente automovílistico y va a parar al hospital. Tiene un seguro de accidentes personales por US$ 100.000.- El médico lo examina y diagnostica:
- Debemos emputarle el pie izquierdo, el derecho tal vez podamos salvarlo. Si el señor Peña no supiera de seguro respondería:
- Bueno doctor, haga lo posible por salvarme un pie.
Pero como el señor Peña sabe de seguros, piensa: "Por un pie me pagan US$ 100.000.-. Total, cojo quedo igual".
Entonces responde:
- No, doctor, ampúteme los dos pies no más.
Y como los pies son del paciente, el doctor suma y corta. Todos ganan.
Respecto a los dedos, en general son baratos. Por lo cual se recomienda, salvo apuros muy grandes de dinero, no "sufrir accidentes" en ellos.
Ahora, cuando el apuro es grande, es necesario realizar algunos cálculos. Veamos, necesitames reunis US$ 60.000.-
2 Pulgares US$40.000.-
1 Indice US$15.000.-
1 Dedo cualquiera US$ 5.000.-
Y aún nos quedan bastantes presas más.
Interesante tema este de los seguros.
Es importante destacar, eso sí, que gentes ha habido con pretensiones de "ganarse la vida" con el seguro. Lo único que han conseguido es perder presas sin ganar nada.

"A la altura del unto" Jorge Sasia
Jorge sasia nace en Valparaíso exactamente a la misma edad que nace todo el mundo. Conincide además su nacimiento con el momento en que su madre da a luz. Debido a este hecho del más alto significado obtiene su matrícula para circular por el mundo. Termina el sexto año de Humanidades como alumno libre del Liceo Nº 13 de La Granja. Ingresa a la Universidad de Chile a estudiar Sociología. Se retira en el momento que comprende que los sociólogos debieran dirigir el mundo.