lunes, noviembre 19, 2007

Un amigo me dijo una vez..."No hay peor sensación que la que ocurre cuando ves a tu madre llorar"

Y sí, tenía razón. Hace un par de días comprobé su teoría y se me partió el alma.¿Y por qué lloraba? se preguntará el lector... la razón es bien simple y no creo que sea muy diferente a la de quizás cuantas otras mujeres y hombres del país y del extranjero: por falta de plata.

Triste es la realidad pero es cosa de parar la oreja al caminar por la calle y te das cuenta de cual es el tema de conversación de más menos el 80% de las personas que se te cruzan: "que la hipoteca, que la deuda del banco, que la mensualidad del cabro chico, que la renta, etc." Ahí es cuando nos damos cuenta que el llamado estado de bienestar chilensis que nos prometía "crecer con igualdad" no estaba tan alejado de la realidad. El problema es que si al menos no creció nadie, si que están todos igual de cagados.

Y puta que uno se siente como las reverendas hueas e inútil cuando ves que tu vieja sufre porque nos quedamos sin derecho a agua. Y más como las hueas se siente uno cuando al día siguiente abro el mueble de la cocina y no veo un puto paquete de fideos para tirar a la olla. Y más como las hueas aun cuando al rato llega tu hermano chico y te pregunta: "¿hay pan?".

Son este tipo de situaciones las que hacen que te den ganas de mandar todo a la gran rechucha... de virar lejos de este país de mierda, cuyos representantes se llenan la boca hablándonos de progreso y de "nuestro" espectacular crecimiento económico: índice de superioridad societal según tantos politólogos, economistas, sociólogos subordinados (por no decir lame-vergas) y tantos otros exponentes de las ciencias "humanas". Ese crecimiento económico que a nivel macro suena tan la raja, debido a que calza a la perfección con sus teorías y estadísticas, pero que cuando se contrasta con la realidad, aquel nivel micro compuesto por seres humanos y no por sus cagas de números, presenta serias deficiencias por el simple hecho de vivir en el país más desigual de Latinoamérica.

Y como no va a enrabiarme tal estado de cosas, cuando al escuchar a un amigo que optó por trabajar me dice: "país culiao este... hay que puro largar de acá... me saco la mierda trabajando y gano una caga de sueldo. Más encima veo las noticias y de lo único que me entero es de que subió el precio de tal y tal huea, mientras los políticos culiaos en la única huea en la que se ponen todos de acuerdo es en subirse el sueldo". Y puta que le encuentro razón a su enfado... de seguro el ir a calentar asientos al congreso es "mucha pega" para ellos. Sí, pobrecitos... de seguro sus 8 millones de sueldo no les alcanza para "parar" su casa de 3 pisos con piscina.

Creo que nunca antes había usado tantas chuchas en el blog, pero es que no puedo evitar odiar aun más el modelo cuando sufro sus contradicciones de manera directa. Y es que esa mentalidad de mierda que se nos quiere crear de "si está bien uno la raja, y el resto por la raja" me apesta. Esa mentalidad que piensa que compartir es sinónimo de robar y que llama "solidaridad" al acto de dar lo que nos sobra, mientras jugamos a devorarnos unos a otros según la ley de la selva mercantil.

Al menos me queda el consuelo de que siempre los amigos valdran mucho más que el dinero, y que gracias a ellos conseguí almuerzo y agua para cocinarlo. Porque a pesar de todos los cagazos inevitables de la lógica capitalista, no nos podrán arrebatar nunca nuestro razgo más importante: NUESTRA HUMANIDAD, única capaz de detener este caos de la gran puta.

Saludos...
Y gracias a quienes me apoyaron.