lunes, marzo 05, 2007

"Como hombre de partido, no reconozco más tribunal que el de mi partido; no hablo para defenderme, sino para satisfacer el deseo de mis camaradas que tampoco han querido defensor... Voy a intentar explicaros lo que no habéis entendido... El fiscal ha calificado de rebelión contra las autoridades supremas nuestra salida con el estandarte de la democracia socialista y ha hablado constantemente de nosotros como de rebeldes contra el zar. Debo aclarar que para nosotros el zar no es toda la cadena que ata el cuerpo del país; no es más que el primer eslabón de que debemos libertar al pueblo. (...)
Somos Socialistas. Esto quiere decir que somos enemigos de la propiedad particular, que desune a los hombres, los arma unos contra otros y crea una rivalidad de intereses irreconciliables; que miente cuando intenta disimular o justificar esta hostilidad y pervierte a todos los hombres valiéndose de la mentira, la hipocresía y el odio... Nosotros estimamos que la sociedad que considera al hombre únicamente como medio de enriquecerse es antihumana, que nos es hostil; ni podemos admitir su moral de dos caras, su cinismo desvergonzado y la crueldad con que trata a las individualidades que se le oponen; queremos luchar y lucharemos contra todas las formas de sometimiento físico y moral del hombre empleadas por esta sociedad, contra todos los métodos que fraccionan al hombre en provecho de la codicia... Nosotros los obreros, somos los que todo lo crean con su trabajo, desde las máquinas gigantescas hasta los juguetes de niño. Y nos vemos privados del derecho de luchar por nuestra dignidad humana; cada cual se arroga el derecho de transformarnos en instrumentos para alcanzar su propósito; queremos tener libertad bastante para que nos sea posible, con el tiempo, conquistar el poder. ¡El poder para el pueblo!(...)
Somos revolucionarios y lo seremos en tanto que los unos no hagan más que oprimir a los otros. Lucharemos contra la sociedad cuyos intereses tenéis orden de defender; y no habrá reconciliación posible entre nosotros hasta que venzamos. ¡Porque venceremos nosotros, los oprimidos! Vuestros mandatarios no son tan fuertes como se figuran. Las riquezas que amontonaron y protegen, sacrificando millones de seres desgraciados, esa fuerza que les da el poder sobre nosotros, hacen surgir entre ellos fluctuaciones hostiles y los arruinan física y moralmente. La defensa de vuestro poder exige una tensión de espíritu constante; y, en realidad, vosotros, nuestros amos, sois todos más esclavos que nosotros, porque vuestros espíritus están sometidos, mientras que nosotros no estamos sometidos sino físicamente. Vosotros no podéis libertaros del yugo de los prejuicios y de los hábitos que os matan moralmente; a nosotros nadie nos impide ser interiormente libres. Y nuestra conciencia crece y se desarrolla sin parar; se inflama cada vez más y arrastra consigo los mejores elementos, moralmente sanos, aún los de vuestro medio... Advertid que ya no tenéis a nadie que pueda luchar en nombre de vuestro poderío con pensamientos, habéis agotado ya todos los argumentos capaces de protegeros contra el salto de la justicia histórica; no podéis crear ya nada nuevo en el dominio intelectual; sois estériles de espíritu. Nuestras ideas, las nuestras, se desarrollan con fuerza creciente; penetran en las masas populares y las organizan para luchar por la libertad, lucha encarnizada, lucha implacable. Os sería imposible detener ese movimiento, como no sea sirviéndose de la crueldad y del cinismo. Pero el cinismo es evidente y la crueldad irrita al pueblo. Las manos que os empleáis para estrangularnos, estrecharán mañana nuestras manos en apretón fraterno. Vuestra energía es la energía mecánica producida por el aumento del oro; os une en grupos destinados a devorarse mutuamente. Nuestra energía es la fuerza viva y sin cesar creciente del sentimiento de solidaridad que une a todos los oprimidos. Cuanto hacéis es criminal, porque no pensáis más que en sojuzgar al hombre; nuestro trabajo liberta al mundo de monstruos y fantasmas, creados por vuestra mentira, por vuestra codicia y vuestro odio. Pronto la masa de nuestros obreros y de nuestros campesinos estará libre y creará un mundo libre, armonioso e inmenso. ¡Y así ha de ser!
...¡Así ha de ser!"


"La Madre" (Maximo Gorki)