jueves, mayo 10, 2007

Religión y vida eterna

Sé que millones de críticos del catolicismo han hecho pedazos su doctrina durante ya varias generaciones. Sé que no seré tampoco el último en tal tradición por seguir haciendo pedazos su tradición hasta convertirla en polvo. Sé también que a muchos mis comentarios, así como los de otros que apoyan mi noble causa, les llegan y duelen como patada en la guata. ¿Que otra cosa sé? ..como diría algún filosofo antiguo de prestigio, aunque con un tinte más criollo y actual, digo: "No sé ninguna hueva" ..pero ¿por que recién ahora realizaría una critica a la iglesia católica? Eso si lo sé: por el simple hecho de que hace mas menos una semana que me toco el presenciar y el tener una experiencia ya olvidada... "una misa", esas mismas ceremonias incoherentes a las que, cuando era cabritillo, me era obligatorio asistir y en las que me aburría más que mono en jaula. Solo que esta vez tubo un motivo especial.. un funeral, producto del fallecimiento de mi tata querido. Al menos este lamentable hecho me hizo volver a entrar a esos templos de hipocresía y con ello recordar lo sucio de aquel organismo conocido como iglesia, y esa increíble capacidad para mentir, bajonear y de juzgar que poseen esos cafiches culiaos a los que llamamos curas.


Volvamos a mi caso. La verdad es que el suceso ocurrido bien podría definirse como triste, pero también es cierto que la muerte, nos guste o no, es un paso completamente natural y necesario. Si bien admito que la muerte de mi abuelo fue arto mula (cáncer… esa enfermedad en el que el enfermo no quiere otra cosa que no sea ponerse el pijama de palo rápido), al menos me queda el consuelo de que mi tata vivió en plenitud y en extenso su vida, la que por obligación debe de tener un comienzo y un fin… ¿o no? Por ello es que prefiero recordar a la gente viviendo que estando ya muerta, pues será este el recuerdo que trascienda en el tiempo y el cual nos hará reír o llorar a la hora de presentarse. Yo al menos prefiero ese recuerdo a tener la vaga ilusión de que mi tata se encuentra en el paraíso prometido por la religión. Me gusta más la idea de recordar a quien me crió en mi infancia (y con ello llevó a cabo tareas tan refinadas como limpiarme el culo cuando aun no sabia), que el llegar a pensar que mi fallecido abuelo se encuentra a pies descalzos acariciando leones en un verde prado de “allá arriba”. No digo que sea malo el soñar con tal paraíso tropical, tipo “Isla Kem”… lo que sí critico es el porque no pensamos construir tal paraíso en la realidad, y así no seguir bajo el opio religioso que nos dice que esta realidad no es más que “un paso” hacia la vida ulterior, donde ese paraíso -se supone- está presente, pero del cual no tenemos la más puta prueba de su existencia. Me parece increíble que al estar ya tan avanzada la ciencia, así como otros tipos de conocimiento, seamos aún capaces de seguir arrastrando estas nociones de vida eterna, inventadas por la iglesia, institución que no ha aspirado a otra cosa que no sea el poder (en un comienzo) y a la riqueza (por motivos históricos obvios), y que pese a sus dudosas verdades y dogmas, ha sabido mantenerse en el negocio durante más de dos mil años.


Recuerdo como estando todos, familia y amigos, ya más tranquilos ante el fallecimiento, fue esta tranquilidad y conformidad violentamente arrebatada por parte del santo curita, al momento de desarrollar su discurso.. ¡Y es que sinceramente la cagó… termino bajoneando a todos los presentes! ..y adivinen qué fue lo que vino después: nuestro recordatorio acerca de los lo pecadores que somos. “¿Cuántos aquí presentes no han venido a misa últimamente?” –nos decía- “¿Acaso no saben que somos todos pecadores y que debemos de asistir frente al señor en su hogar, para poder pedirle perdón y sumisión?” …actitudes así no hacen otra cosa que provocarme asco… y la cosa se pone peor cuando viene el acto seguido, luego del ablandar corazones, de pedir la contribución monetaria respectiva para la iglesia, para poder así financiar las tan humanitarias “acciones sociales”, consistentes en llenar de oro al vaticano, o el financiar al mentiroso local.


Otro punto en el discurso del cura que me dio ganas de agarrarlo a palos en la nuca, fue cuando dijo: “La iglesia, a pesar de haber cometido crímenes atroces en el pasado, ha sabido pararse y a mantenerse vigente durante dos milenios. Jesús fue el fundador de nuestra institución, y seguiremos fieles a su mensaje de paz y amor” ¡¡El colmo!! De seguro si Jesús tuvo en realidad existencia, difícilmente me lo imagino cortando la cinta inaugural de la primera iglesia. El tipo si en realidad predicaba su mensaje de paz y amor, me lo imagino únicamente junto al pueblo, y no junto a una institución que en vez de velar por la igualdad entre los hombres, no hace otra cosa que:
-Discriminar minorías, así como culturas enteras, consideradas “paganas”.
-Imponer su moralidad propia, siempre llena de prejuicios.
-Detener el avance del conocimiento humano.
-Mantener vivo el engaño de una vida eterna ulterior a la muerte, dentro de un mundo plagado de injusticias, para así no perder su posición en él, llena de privilegios y beneficios.


Así que ya saben… ¡¡A acabar con la hipocresía religiosa!! No hay mejor forma de despedida para un ser querido que el no despedirlo nunca. Al menos yo en mi muerte, me conformo con un brindis entre mis compinches, mientras estos rían de todas mis vivencias en un ambiente de felicidad y festejo.. y no en un ambiente de tristeza y despido. ¿Y después? ..que me quemen y que algún valiente del público asistente se fume mis cenizas. Poco me importa un costoso ataúd de oro o un desfile de despedida en mi honor (total.. ¿para que chucha quiero uno si no lo voy a poder presenciar?), más q mal, recordando y citando una querida canción:
“¡Los amigos no mueren, solo se entierran!”


Saludos...